MERCEDES NARANJO MÁRQUEZ: DE TOCINA A NUEVA YORK

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MERCEDES NARANJO MÁRQUEZ: DE TOCINA A NUEVA YORK

#Entrevistas 01/11/2017

Estudiante de Artes Aplicadas, Mercedes encontró su vocación por el arte desde muy pequeña, cuando acudía con 8 años de edad al taller de la japonesa Yoko Akabane en la Macarena. Trabajó 2 años para el Ayto. de Sevilla, restaurando, entre otras labores, la cerámica de la Plaza de España. Obtuvo dos becas para formarse con los maestros Giorgio Mattioli y Giorgio Buttini en Florencia, donde emprendió su pasión por la escultura, modelando con barro, poliespán, hierro, etc. Su obra, transgresora, tiene en la lucha por la igualdad de género y contra la violencia hacia las mujeres uno de sus pilares. En 2018 expondrá en Nueva York 18 obras inéditas.

Celebramos estos días el Día Internacional de la No Violencia Contra la Mujer. Tú tienes actualmente una exposición itinerante por espacios públicos dedicada a este tema.

Sí. Creo que una artista contemporánea debe contar lo que ve a través del arte, aportando un mensaje, por eso mis obras tratan sobre violencia de género, decadencia social... Hoy día existe menos tabú a la hora de hablar de ello, pero yo, que trabajo en institutos con jóvenes, veo un retroceso en temas de igualdad, lo que quizás ha movido a las administraciones a invertir en estos temas. Hay niñas muy jóvenes sometidas a unas formas de ver el amor, de concebir las relaciones y conseguir cuotas de popularidad fuera de todo valor.

Además de tu faceta artística, como comentas, trabajas con jóvenes como arteterapeuta, cuéntanos, ¿qué es la arteterapia?

Es utilizar el medio artístico como lenguaje. Yo lo he enfocado a jóvenes en riesgo de exclusión social. Soy directora del Centro Andaluz de Arteterapia, y desarrollamos proyectos, el último “Iguales”, en Caño Ronco (Camas). Los alumnos no necesitan saber pintar o esculpir, el arte es una herramienta. El objetivo no es la obra artística sino que el contacto con el arte les sirva de diálogo para desenmascarar sus problemas.

Volviendo a tu faceta artística, ¿también realizas encargos alejados de tu motivación como artista?

Sí, pero no tienen nada que ver, me piden líneas más clásicas, lo último que he hecho han sido unas chaquetas de torero, o pintar unas vírgenes, cosas así. 

¿Quiénes te han ayudado a sacar lo mejor de ti como artista?

Profesores de la escuela, Yoko Akabane, Giorgio Mattioli, Mayte Bernal, que hoy ya me falta... 

¿Qué obra consideras tu “niña bonita”, por su calidad técnica o por su simbolismo?

Técnicamente nunca estoy satisfecha al cien por cien. Me exijo la perfección, supongo que por mi influencia del arte clásico. Preferidas tengo varias, son como hijos míos, pongo el alma en ellas.

Hitos en tu carrera artística.

Mi visita a Guatemala con la Plataforma de Mujeres Artistas por la Igualdad me marcó, me cambió la visión del mundo. El premio Onda Cero Puertollano este año por mi trayectoria artística con el que he ganado en confianza. Ahora trabajar con Agora Gallery de Nueva York, no sé qué supondrá en mi carrera. Es un año de exposición en el barrio de Chelsea, con un contrato que contempla además entrevistas en medios como el New York Times. 

¿Aspiras a quedarte por allí si la cosa va bien?

Ahora mismo no. Tengo familia y en este mundo tan globalizado soy muy tradicional con los valores familiares. Quiero que mis hijas se críen alrededor de su familia y de su gente. Quizás más adelante, cuando mis hijas sean mayores...