Historia

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Rotonda Tocina
La presencia del hombre en estas tierras se remonta a épocas muy antiguas. Ya los iberos se establecen en el actual emplazamiento, al que denominan Tucci. Con los turdetanos alcanza cierta importancia, pasando a llamarse Tucilla, siendo en época romana cuando se produce su mayor florecimiento. Durante la dominación árabe, vuelve a cambiar de denominación (Taxana). La conquista cristiana de estas tierras y de la alquería musulmana es realizada en el año 1.248, durante el reinado de Fernando III el Santo, quien entrega la población como encomienda a la Orden Militar de San Juan de Jerusalén. Para mejorar la defensa de la plaza, los caballeros de la Orden fomentan su repoblación.

El núcleo primitivo de Tocina se localiza en la parte septentrional de la población, estando constituido por las manzanas pequeñas e irregulares que rodean a la Iglesia Parroquial. El pueblo era atravesado entonces por un camino real paralelo al río (con dirección este-oeste), que constituía la única vía de comunicación. Dicho camino se convierte en el primer eje de crecimiento, determinando la aparición sucesiva de varias calles paralelas que originan macromanzanas orientadas de este a oeste, llegando a crear un sistema viario armónico. La expansión de la trama urbana se produce sobre todo hacia el sur, ya que hacia el norte se encuentra con terrenos inundables e insalubres, que sólo han permitido el surgimiento de una calle (barrio El Polvito).

La aparición del ferrocarril altera este esquema de desarrollo, al irrumpir con un trazado tangente al primitivo núcleo de Tocina y perpendicular al eje este-oeste que hasta ese momento configuraba el crecimiento. Supone una barrera al crecimiento urbano hacia el este, determinando un segundo eje de crecimiento lineal hacia el sur, en paralelo a la línea Córdoba-Zafra y a lo largo de la carretera que en ese mismo momento se traza para unir Tocina y la nueva estación ferroviaria, situada también en dirección sur. A partir de los años sesenta, se produce la ocupación de terrenos procedentes de una nueva parcelación rural. No siempre se hace de forma progresiva, por lo que se pierden los ejes históricos que orientaban el crecimiento de la trama. El tejido urbano crece por el sector suroccidental, rellenando algunos vacíos internos. También existe un pequeño sector urbano localizado al este de la vía del ferrocarril, el Barrio Cristo de la Veracruz.

El nacimiento de Los Rosales se produce en el siglo XIX al amparo del nudo ferroviario formado por las líneas Córdoba-Sevilla y Córdoba-Zafra, así como de la estación y de las instalaciones de abastecimiento para los trenes que se agrupan en torno a ella. La instalación del ferrocarril motiva la construcción de las primeras viviendas. En 1.926 comienzan a ponerse en riego las tierras de los alrededores y se inaugura una azucarera, construyéndose un pequeño barrio para sus empleados. Todo ello provoca unas buenas perpectivas económicas, que atraen inmigrantes y originan un crecimiento de la población.

Este núcleo urbano se apoya en la carretera que va de Cantillana a Carmona, desarrollando un sistema de calles orientadas de norte a sur, perpendiculares a aquella vía y paralelas entre sí. Existen muy pocas calles trasversales (este-oeste). El núcleo presenta una morfología homogénea y uniforme, con una edificación muy densificada y escasos espacios libres. La estructura de su trama urbana utiliza la citada carretera como calle principal, produciéndose el crecimiento hacia el oeste a medida que se va ocupando terreno agrícola.

Existe otro sector urbano de menor tamaño, separado del principal y situado en el entorno de la estación, al este del trazado del ferrocarril Córdoba-Zafra y al norte de la línea Córdoba-Sevilla. La parte sur del núcleo de Los Rosales perteneció hasta el año 2001 al término municipal de Villanueva del Río y Minas.