Oriol Llopis: Superviviente de la industria discográfica

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Oriol Llopis: Superviviente de la industria discográfica

#Entrevistas 01/11/2014

Ha ejercido de modelo, relaciones públicas, guionista de TVE, decorador de interiores, crítico musical, pintor de brocha gorda, músico o vendedor de recambios de automóviles. Es Oriol Llopis y vive desde hace unos años en Los Rosales. Tiene miles de fieles admiradores/as por su estilo literario en sus mordaces críticas musicales en revista especializadas, que no dejaba indiferentes a los lectores/as. Hace dos años escribió su autobiografía y ahora presenta su segundo libro “"Escritos poco fiables"”, una compilación de cuarenta años de críticas musicales.

 

¿Cómo te hiciste crítico musical?
Hagamos un viaje en el tiempo. Tengo 10 añitos. Tengo la gripe y estoy en cama. Faltan dos días para mi cumpleaños y pido a mi madre que me anticipe el regalo. Accede. Era el single Satisfaction de Rolling Stones. Tras escucharlo casi me curo. Me fui interesando más y más por la música, empecé a ir a conciertos que a principios de los setenta se empezaban a hacer en Barcelona: Queen, Lou Reed...Aún no tenía la inquietud de escribir. Fue a raíz de un concierto de un grupo llamado Carretera y Manta, en una discoteca de un pueblecito. Los abroncaron, pero a mí me parecieron buenísimos. Ahí fue cuando dije “"Esto tengo que contarlo”". Con el tiempo entregué una notita en la revista musical Vibraciones y me la publicaron. El director me dijo que si tenía más cosas... y empezó la cosa a rodar.

¿Cómo calificarías tus artículos?
Yo tenía una cultura literaria, modestia aparte, decente. Había leído mucho. En lugar de hacer una crítica desmenuzando cada canción, cuál es la discografía del grupo, etc... a mí me daba por contar un cuento, o evocaba la historia de Romeo y Julieta en el barrio más podrido de Nueva York, siempre en primera persona. Describía lo que yo sentía al escuchar el disco.

¿Qué pasaba si tenías que escribir sobre un grupo que te gustaba y te defraudaba el disco o el concierto?
A mí me divertía más cargarme a un grupo que ponerlo bien, pero era un momento en el que la gente se estaba formando musicalmente y a un aficionado le costaba aceptar la críticas negativas de su banda favorita.
El mundo de la música es como un universo: hay galaxias, vas explorando, de repente encuentras un planeta, paras en él porque te gusta y pasas una temporada en él.

Trabajaste en muchas revistas, cambiabas con mucha asiduidad, ¿por qué?
Unas veces porque cerraba, y otras por aceptar una oferta más interesante. Hoy en día esto ya no es posible. Ya no pagan por escribir.¿Para qué comprar una revista si en internet lo tienes todo? Revistas que vendían 25.000 ejemplares ahora venden 5.000.

Eso sería el lado negativo de internet, el positivo: poder (continuando con tu símil) poder explorar universos de música fácilmente.
Sí, claro, yo estoy encantado con internet. Por presupuesto antes tenías que elegir como mucho un disco al mes. Ahora dispones de mundos enteros en internet, pudiendo descubrir grupos subterráneos, enigmáticos...me puedo comer el pastel entero. La contrapartida: el oficio de crítico musical ya no tiene sentido.

Háblanos del programa de TVE La Edad de Oro, del que fuiste guionista.
Eran entrevistas y actuaciones en riguroso directo. Me lo propuso la directora del programa, Paloma Chamorro. Por el programa pasaban no solo músicos, también dibujantes, gente de teatro expresionista, etc. Recuerdo salidas de tono como la del cantante de Lords of The New Church cuando se bajó los pantalones y escondió su “"aparato"” entre las piernas.

El programa es considerado un referente de la “"Movida"” ¿qué opinión te merece este movimiento cultural?
Ahora soy más escéptico. Había mucho cuento, pero salieron cosas muy atrevidas...fue divertido, colorista.

¿Por qué acabó el programa?
Un grupo invitado, Psychic TV proyectó unos vídeos mofándose de la Semana Santa. Alguien puso una demanda y el Director de TVE, Calviño, se asustó y paró las emisiones.

¿Y luego?
Me fui a Sudamérica y trabajé en una agencia de publicidad. Luego volví a Barcelona, a una revista de vídeo y tras colaborar en varias revistas me quemé: llegó el techno. ¿Cómo hacer una crítica de cómo pincha un disc jockey?

¿Como surgió la idea de tu primer libro, La magnitud del desastre (2012) ?
Todo viene de una apuesta con el director de la revista Ruta 66, porfiando sobre la muerte o no de Bonnie Raitt. Perdí la apuesta (sigue viva) y tuve que pagar: escribir mi biografía. En ella cuento mi vida. Un poco salvaje, pero divertido. Como funcionó en ventas decidí que haría un segundo libro, este autoeditado, Escritos poco fiables, una recopilación de mis mejores artículos de crítica musical de 1974 a 2014.

¿Cómo viene a parar Oriol Llopis a Los Rosales?
Por Internet una chica que llevaba los asuntos de Antonio “"Smash”" (exbatería de los sevillanos Smash) me pidió que si podía hacer una crítica del último disco de “"Antoñito"”. Empecé con esta chica a hablar de música, la cosa se fue liando y el asunto terminó en que gracias a Internet los dos acabamos juntitos aquí en Los Rosales. Estoy en el mejor de los dos mundos: Sevilla a cuatro pasos (por si tengo ganas de fiesta) y Los Rosales por si quiero tranquilidad, dando un paseito y leyendo el periódico.

Para finalizar, una recomendación de un crítico musical para los amantes de la música de Tocina y Los Rosales.
La música actual no me llega. Yo siempre recomiendo a mis intocables, discos que pese a cambios de lugares de residencia, permanecen siempre conmigo. He regalado mi colección de vinilos poco a poco, pero Mink de Ville, Golden Earring, Hammond Grooves y Blue Oyster Cult siguen conmigo.

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